AHORA QUE Joaquín Sabina Ahora que nos besamos tan despacio, ahora que aprendo bailes de salón, ahora, que una pensión es un palacio donde nunca falta espacio, para más de un corazón. Ahora que las floristas me saludan, ahora que me doctoro en lencería, ahora, que te desnudo y me desnudas y en la estación de las dudas muere un tren de cercanías. Ahora que nos quedamos en la cama, lunes, martes y fiestas de guardar, ahora que no me acuerdo del pijama ni recorto el crucigrama ni me mato si te vas. Ahora que tengo un alma que no tenía. Ahora que suenan palmas por alegrías. Ahora que nada es sagrado ni sobre mojado llueve todavía. Ahora que hacemos horas por incordiar. Ahora que está tan sola la soledad. Ahora que todos los cuentos parecen el cuento de nunca empezar. Ahora que ponnos otra y que se debe, ahora que el mundo está recién pintado, ahora, que las tormentas son tan breves y los duelos no se atreven a dolernos demasiado. Ahora que está tan lejos el olvido, ahora que me perfumo cada día, ahora, que sin saber hemos sabido querernos como es debido sin querernos todavía. Ahora que se atropellan las semanas, fugaces como estrellas de Bagdag. Ahora que casi siempre tengo ganas, de trepar a tu ventana y quitarme el antifaz. Ahora que los sentidos sienten sin miedo. Ahora que me despido pero me quedo. Ahora que tocan los ojos, que miran las bocas, que gritan los dedos. Ahora que no hay vacunas ni letanías. Ahora que está en la luna la policía. Ahora que explotan los coches, que sueño de noche, que duermo de día. Ahora que no te escribo cuando me voy. Ahora que estoy más vivo de lo que estoy. Ahora que nada es urgente, que todo es presente, que hay pan para hoy. Ahora que no te pido lo que me das. Ahora que no te pido por los demás. Ahora que todos los cuentos parecen el cuento de nunca empezar.